martes, 17 de abril de 2012

LA NEIVA DEL 2032 PUERTA DEL DESARROLLO SUROCCIDENTAL DE COLOMBIA

FRANCISCO JAVIER GOMEZ

La capital opita debe ser considerada como una Ciudad Dómine que sea capaz de enfrentar los desafíos de la competitividad global, pues como neivanos aspiramos a convertirnos en poco tiempo en un nuevo epicentro del desarrollo del sur del país.


Pese a las enormes dificultades presupuestales y a las debilidades que registra nuestra ciudad, esta urbe está llamada a liderar un bloque regional con enormes posibilidades de sostenibilidad, gracias a su estratégica ubicación que sumada a las favorables ventajas comparativas le asegurarán en el futuro inmediato de liderazgo económico que la convertirán en la puerta del desarrollo suroccidental de nuestro país.

La rica diversidad biológica, los ecosistemas estratégicos, sus riquezas minerales y la especialización de sus servicios nos permiten definir un escenario posible capaz de aglutinar las perspectivas de desarrollo del sur colombiano.
Además viene generando una interesante articulación interurbana, que aunque incipiente, puede representar en el futuro inmediato un área metropolitana con algunos municipios que consolidarán esa expectativa.

Considero que por lo menos así lo debemos concebir todos los Neivanos, avizorándonos como ciudad eje de la articulación nacional entre el centro y la Amazonía, que será capaz de ir integrando por su posición privilegiada, diversas regiones que confluyen hacia el Caquetá, Cauca y Putumayo.

Para nosotros como ciudadanos nos resulta importante que, la capital opita en el contexto nacional se acentúe  cada vez más en su condición como punto nodal entre núcleos urbanos, creando incentivos al desarrollo económico y demográfico y por ende en poco tiempo podría consolidarse el centro subregional de prestación de servicios especializados ejerciendo un liderazgo comercial en la cuenca del Magdalena.

Es visible hoy en día que tan claros son los nexos con toda la región que cualquier cosa que acontece en el área de influencia tiene enormes repercusiones, como la expansión de los cultivos ilícitos, el desplazamiento poblacional y todas las secuelas del conflicto armado. Estos factores, también han incidido en la configuración económica de la región.
Soy un convencido que es preciso definir políticas globales para la región con propuestas claras en el terreno de la paz y la convivencia, el desarrollo alternativo, el desarrollo económico y social y el direccionamiento de la inversión pública y privada.

Ahora bien creo que no es recóndito ver mis pretensiones en este escrito pues como cualquier ciudadano planteo y ambiciono para mi ciudad una Proyección estratégica.
Aunque reconozco la importancia de encontrar una salida al mar como estrategia para posicionar a Neiva en el concierto de la apertura y la globalización, estimó que las mayores oportunidades que se le ofrecen a la ciudad están en su proyección hacia la región sur del país.
Pese a ser un punto nodal de la principal red de transporte terrestre del país enfrentamos otros desafíos significativos en la plataforma urbana de la competitividad global.

Dentro de la formulación de las alternativas posibles, considero que ante todo es importante caracterizar a la ciudad de Neiva como ciudad-región, por las definitivas articulaciones que sostiene con los diferentes sectores de la actividad de la región y de la Amazonía.
Este elemento resultaría ser foco para la caracterización económica de la ciudad y en consecuencia para la formulación de las políticas de desarrollo en el Plan de Ordenamiento Territorial.

Neiva, juega un papel destacado en la región sur-centro del país como prestador de servicios y procesador de actividades económicas. Es destacable esta posición por el hecho de ser punto obligado para la comunicación norte-sur a nivel nacional y la existencia de una red de carreteras que le permite interrelacionarse con el resto del Huila y el norte del país.
Esta importancia regional se irá incrementando con desarrollos viales que en un futuro facilitarán la comunicación de la capital huilense con los Departamentos del Meta, Caquetá, Putumayo y Cauca, esta última con perspectiva de integración con la cuenca económica del Pacífico.
Se destacan dentro de estos desarrollos las vías Altamira-Florencia, Neiva-San Vicente, Pitalito-Mocoa, Isnos-Popayán, Colombia-La Uribe, Garzón-Florencia, Neiva-Sumapaz, entre otras.

Ya frente a las perspectivas económicas de la Neiva del 2032 considero que la actividad comercial y de servicios de la ciudad crecerá más en función de las demandas de la economía regional que de la dinámica de la población y economías urbanas. Desde esta óptica la capital huilense registrará una vitalización importante de las actividades comerciales y de servicios que incorporan población y ganando participación en el productor interno regional. La ciudad es una importadora neta de capital, antes que una región exportadora de ahorro local, pese a que carece de una actividad económica de tipo productivo.

Ahora desde la perspectiva social y ante esta tendencia de convertirnos en una metrópoli desarrollada, el desafío es como aprender a vivir juntos, a compartir espacios diversos, con muchos que no conocemos a pesar de vínculos que se tienen en barrios, organizaciones comunitarias y tejidos humanos construidos en la historia y contrarrestar ese otro aspecto que genera el crecimiento de la ciudad, que excluye, margina, individualiza y rompe los lazos de comunidad.

Por eso, cada vez se debe genera más conciencia en nuestra ciudad de impulsar iniciativas que permitan un proceso de transformación de muchos de nuestros comportamientos que ponen en riesgo y en dificultad un proceso de convivencia ciudadana como el de arrojar basuras en la calle, parquear vehículos en zonas prohibidas, hacer necesidades fisiológicas en zonas públicas, arrojar escombros en zonas públicas, no recoger los excrementos que las mascotas hacen en la calle, poner equipos de sonido con volumen excesivo, desperdicio del agua, dañar mobiliario urbano (canecas, teléfonos públicos, sillas), dañar los árboles o jardines de la ciudad, el exceso de avisos publicitarios, pasarnos el semáforo en rojo, violencia entre vecinos, todas estas relacionadas con el espacio público.
Pero, en otros ámbitos como la violencia intrafamiliar, la cultura del atajo como saltarse la fila, el acudir a la trampa, la desconfianza con las instituciones, la apatía y desinterés de la ciudadanía en la participación, el poco sentido de pertenencia, la intolerancia hacia otras expresiones culturales, en fin, toda una serie de comportamientos, que deterioran el relacionamiento como grupo social y que afectan el desarrollo como sociedad en todos los ámbitos de la vida cotidiana.

Frente a todos estos comportamientos, se plantea la urgencia de desarrollar programas de cultura ciudadana que transformen estas actitudes para dos fines fundamentales: lograr por vía pedagógica el cumplimiento de la ley y/o impulsar acciones colectivas para lograr bienes públicos. Hay acción colectiva por ejemplo cuando se evita un racionamiento de agua, disminuir la congestión vial, reducir los niños quemados por pólvora. Muchas veces ambos propósitos van juntos, cuando se busca aumentar la disciplina en la tributación. Sobre esto último, Neiva debe lograr que además de que la gente pague los impuestos, pague para contribuir con el desarrollo de la ciudad, eso dará un indicador de confianza en los gobernantes, que saben que la plata no se va a perder.

Es decir se debe trabajar en los procesos de educación ciudadana que desborden las escuela y recuperen los espacios públicos que ofrece la ciudad y de las instituciones, para educar y transformar comportamientos. En esto hay muchas experiencias y necesitamos recuperar procesos e intentos que se han hecho en nuestra ciudad.

En síntesis,  no se pueden reducir a un plan de gobierno las estrategias para cambia nuestra ciudad, sino que debe ser parte de la razón de ser de una ciudad la de estar transformando comportamientos y actitudes de los ciudadanos tanto en el ámbito privado como el público.
Por eso debemos repensar las propuestas aquí plasmadas  y potenciar los diferentes ejes, recuperados de muchas experiencias en el mundo, que de manera integral permitan movilizar un sentimiento colectivo por participar y construir una mejor ciudad, humana, justa, solidaria y respetuosa de los derechos humanos, ahora que celebramos los 400 años.

Se debe promover una pedagogía que les permita entender a los habitantes que la ciudad es producto de la acción humana y que su cambio o permanencia va a depender de la misma capacidad de los seres humanos. Esta Neiva es producto de los mismos neivanos y que si creemos que podemos construir una Neiva más humana y justa, va a depender de los mismos pobladores. Que el habitante comprenda "que la polis es también él y que su continuidad depende de su reflexión, de su comportamiento, de sus decisiones y de su participación en la vida política de la ciudad". Se trata de una pedagogía por crear ciudadanía con capacidad de incidir en los destinos de su ciudad desde las cosas más sencillas de la vida cotidiana y contribuya a contrarrestar prácticas de la trampa, del atajo, del irrespeto por el vecino, de defender los bienes públicos que generan equidad, la resolución pacífica de los conflictos, racionalizar bienes escasos como el agua, las vías, la responsabilidad por la tributación, entre otros.

La transformación de la ciudad está en las medidas que se trabajen para   potenciar los procesos de formación ciudadana y la apertura de espacios de participación, donde los ciudadanos puedan incidir en acuerdos, consensos, toma de decisiones, es decir espacios para la deliberación de la Neiva que soñamos.

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